Joseba Ezkurdia
El éxito de la madurez
Joseba Ezkurdia vive los mejores meses de su carrera deportiva. En el primer semestre conquistó su primera txapela como profesional y estuvo cerca de jugar su primera final del manomanista. Y junto a Jokin Altuna III es el delantero del año.
2018 es el año de Joseba Ezkurdia. En los primeros meses obtuvo por fin su primera txapela en el parejas, cumpliendo las expectativas que toda la pelota tenía puestas sobre él. Pero el navarro no pierde el foco en su objetivo.
A las pocas semanas, y cuando todo el mundo pensaba que el desgaste en el parejas le pasaría factura, Ezkurdia rozó la final de la modalidad reina: el manomanista. Perdió ante Altuna III, a la postre campeón. Pero fue un auténtico espectáculo. Pelota en su más pura esencia. Solo un par de genialidades de Jokin terminaron por decantar la semifinal.
Y en verano, su buen juego ha continuado, ganado el Torneo San Fermín y alcanzando la final en el Virgen Blanca, una de sus citas favoritas. Y ahora, ¿qué podemos esperar de Ezkurdia en el cuatro y medio? ¿Disputará su primera final individual? ¿Podrá desbancar a Altuna III? Todas esas preguntas y algunas más las contesta en nuestra entrevista.
El cuatro y medio es su gran cuenta pendiente. Desde su primera participación en 2013, nunca ha alcanzado las semifinales. ¿Por qué no este año?
Desde su debut en 2011, Joseba Ezkurdia fue calificado por muchos pelotazales como la eterna promesa. Y en 2018, ese “peso” desapareció.
"Este verano no he tenido todos los partidos que me hubiese gustado, pero lo que he jugado creo que he dado buena imagen."
“Un pelotari está mucho más cómodo en la rutina. Ya sabes si tienes partido de campeonato y lo preparas específicamente con los entrenadores. Pero el verano es muy bonito.”
Madurez y rendimiento
A los 27 años consiguió su primera txapela y da la sensación que también el equilibrio entre su descomunal talento y la consistencia mental para no rendirse ante las adversidades. Su tramo final del parejas, fue su mejor demostración.
Vínculo con Zabaleta
Ambos conforman una pareja con mucho poder y polivalencia. Pese a que ambos dominan sus zonas en la cancha, no tienen miedo a cubrirse las espaldas el uno al otro y acabar un tanto con las posiciones cambiadas. Una pareja moderna y difícil de superar cuando ambos se encuentran con juego.
"Cada año que juego el mano a mano o el cuatro y medio me siento más cómodo. Se que es muy difícil, la competencia que hay es muy grande, pero me veo en la pelea de ganar una txapela."
"El 2018 es el mejor año desde que estoy en profesionales. Conseguir una txapela me dio confianza y he visto que el trabajo realizado ha dado sus frutos."